sábado, 26 de junio de 2010

Reset -Chapter 01: El Viaje-



Era de noche, las luces de la ciudad alumbraban el taxi que abordaba, estaba camino al apartamento de mis abuelos, a la gran isla de los estados unidos, pasábamos por diferentes calles, todas vivas y con varios colores, la gente y el ambiente cambiaban conforme doblábamos cada esquina.
Yo apoyaba mi mejilla sobre mi puño, y mi codo sobre el borde que daba a la ventana, mi mirada quedaba paralizada y se movía debido a los cambios de luces, estaba mudándome a la gran ciudad de Nueva York, con mis abuelos, llevaba casi toda vida viviendo en Buffalo, hasta hace unos meses, en que mi madre y mi padre decidieron ir a una conferencia importante de psicología, sus carreras despegarían si aceptaban ir y yo no seria la razón que les impediría partir.
Así que, le dije a mi mamá que estaría bien aceptar la oferta de la abuela, de irme a vivir con ellos mis últimos dos años de preparatoria y así, ellos podrían aprovechar e irse a todas las conferencias que quisieran, es por eso que ahora monto este taxi, que mis maletas están apiladas en el deposito del auto y que no dejo de revisar mi celular o mirar por la ventana. La casilla de mensajes estaba llena de mensajes de Catlin, mi mejor amiga de Buffalo, amigable y cortes, seguida por mi amigo Steve y mi mamá, sus mensajes eran de preocupación excesiva. Después estaban los mensajes de Arc, un muchacho que habia conocido hace dos años atrás en un Chat intercolegial, siempre estabamos hablando de todo, así que le creía de confianza, hasta cierto punto claro, no soy tan idiota.
“¿Entonces te mudas a la gran Ciudad? Interesante, ten cuidado cuando salgas por allí, hay gente muy extraña últimamente y lo digo yo, que suelo pasarme por todas partes a cualquier hora”, fruncí el ceño levemente y entonces me sentí curiosa, “¿Eres de aquí? Quiero decir, pensaba que eras de Chicago”, mire por la ventana de nuevo, hasta esperar su respuesta, y en dos minutos allí estaba “Si, soy de aquí, por eso estoy muy seguro cuando te digo que no debes bajar la guardia ante nadie”, fruncí el ceño, por lo general, el muchacho llegaba a ser posesivo “¿Incluyéndote, eh?”, pensé que tardaría, pero llego de inmediato “Así es, por cierto debo ir a pasear a mis perros, así que debo dejar el móvil, no te distraigas en Times Square”, no le respondí entonces y me quede observando por la ventana.
El no era un mal chico, pero si sabia que no era nada tonto y más que nada, su personalidad solía cambiar tanto en ocasiones, que a veces no sabia como responderle, creo que el era esa clase de personas que no confiaban ni en si mismas por ello, tampoco quieren que nadie confié en ellos.
-Ahora señorita, si baja la ventana podrá ver el hermoso y concurrido Time’s Square—parpadee varias veces, pues no podía creer el tamaño de los anuncios, los edificios, las tiendas y la gente, todo era muy animado.
Se veía desde trabajadores de franquicias de comida, diseñadores de moda, modelos, deportistas y músicos, hasta Colegialas y alumnos de institutos privados, señores y señoras en traje y amas de casa con sus hijos cruzando la avenida, también muchos taxis y autos Diablos… esto esta más lleno de lo que pensé o de lo que habia visto en las revistas, tome una foto y se la envié a Catlin, ella respondió animada “Ya se en donde pasare mis vacaciones” sonreí, en verdad le echaría de menos, allí no tenia a nadie y el instituto en el que estaba por iniciar mi penúltimo año era completamente desconocido, no habia ni entrado a la pagina Web, o si acaso escuchado su nombre.
-Disculpe, señor—el chofer volteo y se rió
-Llámame Carlos—dijo de buena fe, claro que yo le mire extrañada, era un hombre de posiblemente cuarenta años, algo rechoncho, con un acento hispano y una boina, con un cigarrillo en los labios
-Señor Carlos—se rió de nuevo ¿Y que tengo yo en el rostro, monos? por instinto coloque mi mano sobre mi mejilla
-Se que es una pregunta tonta pero, ¿Qué pasa realmente en Times Square?—Carlos paro por la luz roja y aprovecho para girarse de nuevo, su rostro tenia una mirada curiosa—eh… tal vez es muy tonta la pregunta, lo siento—trágame tierra, sabes que lo merezco
-Jajaja, descuida chica, he llevado a mucha gente en ese asiento en donde tu estas—le mire extrañada—un chico como de tu edad enviando textos como tu, una mujer de negocios muy callada, una colegiala pelirroja muy seria, un chico que tenia la nariz sangrante, una obsesionada con comprar ropa…—abrí los ojos como platos, ¿Qué diablos…?



-Ah, si, esos pasajeros tenían la misma expresión en sus rostros, compañera—le dije a la confundida chica de cabello negro y coleta baja
Comencé a hacer memoria y le conté varios recuerdos de mis pasajeros más bizarros, el primero era el chico de nariz sangrante.
Una noche normal, recuerdo que estaba ansioso por fumar algo, así que aproveche que el taxi estaba vació y me aparque rápidamente, saque mi caja de cigarrillos de la cajuela y el encendedor, entonces cuando lo encendí, allí estaba el chico de la nariz rota y sangrante.
-¿Qué… que te paso?—grite mientras le miraba por el espejo retrovisor, pero el muchacho me hecho malos ojos--¿A dónde quieres ir?—pregunte rápidamente—te llevare al hospital—pero escuche un gemido
-Ni lo sueñes—me dijo con tono enojado—llévame a Time’s Square, me veré con alguien—fruncí el ceño, pues no entendía el comportamiento del chico, supuse que a lo mejor lo molestaron en su colegio, pues llevaba ropas de instituto.
-¿Time’s Square?—la chica confundida me saco de mi historia, asentí— ¿Qué tiene de especial?—pregunto
-Esta ciudad, ha cambiado más que cualquier otra y todo pasa en la noche, mis pasajeros más extraños abordan el taxi cerca de las diez y toda la madrugada, hasta que llega el amanecer—sus ojos se entrecerraron y miro su celular pensativa— ¡Ah, esa mirada!—dije casi divertido, ella dio un salto del susto—me recuerdas al chico callado—su ceño se frunció—ah, no, no me malinterpretes, te contare
También era de noche, cuando el abordo mi taxi, veras, estaba yo esperando y no se porque hubo una interferencia en la radio, me moleste ya que estaba escuchando la transferencia del partido de Baseball, la puerta trasera se abrió, el se sentó justo allí, donde tu estas, su cabello estaba alborotado y el cansado, como si hubiese corrido una gran distancia, cerro la puerta trasera de una y comenzó a escribir en su celular, los mensajes llegaban de inmediato, parecia que el controlara algo grande o que algo lo controlaba.
-Eh, amigo, ¿A dónde?—pregunte medio confundido—estupida radio—el muchacho no dijo nada--¿Eh, estas bien?
-Time’s Square—su voz fue helada, supongo que le agregaba algo de ambiente, debido a que era invierno
-¿Problemas con tu novia?—fue lo primero que se me ocurrió, se veía muy ajetreado y la mayoría de los jóvenes de su edad tenían esa clase de problemas y se complicaban por todo
-Seguro—dijo mientras miraba por la ventana con una sonrisa burlona, aunque yo sentía que el deseaba que fuera así, no es que se sentía solo, es que parecia que eran problemas más gruesos de lo normal
-Hmmm—musito la chica confundida
-La chica obsesionada con las compras entro a este taxi un viernes a las diez, tenia muchas bolsas y una mirada enojada—le comente—recuerdo cuando le pregunte a donde quería que le llevara, ella me respondió de brazos cruzados y con los labios fruncidos “¿Qué no es obvio? A Time’s Square, ah, y que sea rápido”—reí al recordarla—era menuda pero si que tenia actitud, y ni hablar de la pelirroja seria, tan pronto entro a media noche en este taxi, su expresión fue sublime, parecia esconderse de algo o de alguien, o eso sentí cuando ella abordo, también quería ir a Time’s Square
-Ya veo—dijo la chica con un tono comprensivo—entonces… ¿Todos aquellos que están en problemas sumamente, peligrosos o extraños, o por así decirlo, “Importantes” van a parar en Time’s Square?—pregunto ella, asentí
-No “Van a parar allí”—le corregí—están “conectados” al lugar—le comente, ella coloco una expresión extraña, de confusión—todos ellos son atraídos al lugar, no lo se, amiga, pero están en algo extraño, y si me lo preguntas chica—solté una bocanada de humo de tabaco, ella comenzó a toser—lo siento—ella negó mientras tapaba su nariz—como decía, si me lo preguntas, es mejor mantenerse fuera de eso—ella asintió en forma de comprensión—bien—sonreí— ¡ah, ya estas en tu hogar Cloe!—le dije animado mientras aparcaba



-¿Eh, como sabe mi nombre?—le pregunte al taxista
-Soy vecino de tus abuelos, los Newton, ¿No?—me respondió con una mueca—ellos me encomendaron a buscarte en el aeropuerto, ¿Crees que te dejarían tomar un taxi desconocido?—culmino, mis mejillas se sonrojaron por la vergüenza, el tenia razón—venga, déjame ayudarte—me dijo y salio del auto, yo también
El señor Carlos se llevo mis dos maletas más pesadas y yo me quede con la liviana, tome mi bolsa de libros y lo seguí hasta el ascensor. Era un lugar muy limpio, una recepción para el correo, dos ascensores apenas entrar, gente que iba y venia.
-Es el quinto piso—le indique, el ya lo habia marcado
-Lo se, lo se, ¿Somos vecinos recuerdas?—me dijo sonriendo, asentí—tus abuelos son buena gente, tu abuela esta entusiasmada por tenerte aquí—asentí de nuevo— ¿No eres una chica de muchas palabras, eh?—pregunto riendo—ah bueno, veamos como terminas después de una semana aquí
Le mire enarcando una ceja, no podía ser una ciudad tan diferente como para cambiarme, ¿O si? Tenia dudas en mi mente, las historias que me habia contado, de adolescentes en situaciones gruesas me hacia pensar, mi cabeza daba vueltas, entre lo que me habia dicho el Señor Carlos y en lo escrito por Arc, ambos coincidían, en que, la ciudad tenia su grado de peligro. Situaciones como peleas de pandillas no eran extrañas, trafico de drogas o suicidios, incluso asesinatos extraños, eran frecuentes y entonces me pregunte otra nueva incógnita, ¿Por qué?, como dos estudiantes, no, ¿Cómo los estudiantes de instituto terminaban así?, y sobre todo estudiantes de institutos privados.
-Ya estamos, quinto piso, tu nuevo hogar—me dijo mientras salía con mis maletas, yo le seguí
El pasillo era algo ancho, varios apartamentos estaban allí, cuatro puertas en total, así que posiblemente el apartamento de mis abuelos era grande, eso me sentó algo bien, pues no estaba acostumbrada a los lugares cerrados, mi claustrofobia me lo impedía.
Toco la puerta por mí, y llamo el nombre de mi abuela, seguido por el de mi abuelo, la manilla emitió un sonido, giro y mi abuela abrió la puerta.
Su cabello estaba canoso, su rostro lleno de unas cuantas arrugas y sus labios estaban pintados con algo de rojo, vestía un suéter de lana y unos pantalones cómodos color café, sus ojos castaños brillaron al verme.
-¡Stuart, ya Cloe llego!—grito asía atrás y entonces me abrazo con fuerza, quitándome el aliento
-Eh… Hola… abuela—intente decirle con el poco aire que me habia dejado
-Gracias Carlos, muchísimas gracias por cuidar en el camino a nuestra nieta—escuche decir a mi abuelo, la abuela me soltó, pero de inmediato el abuelo me aplasto con sus brazos, estaba rechoncho y sonriente—has crecido y ¡Vaya, que cabello!—intente devolverle el abrazo
-Gracias… abuelo…--hable entrecortado de nuevo, me soltó y entonces comencé a tomar un ritmo normal en mi respiración—Um… —la abuela me tomo por el brazo
-Te enseñare el lugar, cielo—bueno, al menos no es calabacita o pucheritos pensé aliviada
El interior era completamente acogedor, alfombra de color rojo apagado, paredes blancas, tan pronto entre tenia la mesa del comedor en frente, de madera caoba, con sillas de juego—cuatro sillas—, cuadros pintados por la abuela colgando de la pared de la sala, en donde dos sillones y un sofá de color rojo—se veía suavecito—estaban bien acomodados, tenían una TV al lado de uno de los sillones, y estaban dando las noticias. La abuela me siguió nombrando los lugares, la cocina estaba dividida de la sala y el comedor por una barra, tras ella estaba el refrigerador, el fregadero, el triturador de basura, las alacenas y la cafetera, entre otros electrodomésticos.
Todo era ordenado y limpio, Diablos… es increíble pensé impresionada. La abuela atravesó una puerta conmigo, una puerta que estaba justo al lado de la cocina, al parecer eso dividía las habitaciones de las otras instalaciones, al cruzar la puerta, el piso era de madera caoba también, las paredes eran blancas, y tenían varias cañas de pescar guindando, seguidas de los diplomas de mis abuelos, el pasillo en si era muy, común, tenían cuatro puertas, ella comenzó a nombrarlas, la primera era su cuarto, la que estaba en frente era el cuarto en donde me hospedaría, la tercera era un baño, el cual me permitieron quedarme y la ultima era un estudio en donde la abuela guardaba lienzos y pinturas, al igual que el abuelo tenia su colección de pesca.
Mis ansias por ver mi habitación por fin llegaban al limite, así que la abuela me llevo hacia ella, Por fin… una cama, pensé agradecida luego de ver mi habitación equipada. Las paredes eran de un color celeste pálido, las cortinas blancas, al igual que la madera de la cama, el escritorio y el armario, y tenia una ventana ancha en donde habia un cojín del mismo ancho.
-Es como un sofá, tendrás una hermosa vista de la ciudad por la noche, y se que te gustara respirar aire fresco-me dijo con una sonrisa, Es perfecto
-Muchas gracias abue—y me abrazo de nuevo, un abrazo de oso
-Espero que esto te ayude a pasar la mudanza cielo—me dijo con su voz suave y débil—tu instituto esta cerca de central Park, mañana Carlos te llevara—asentí mientras me alejaba de ella, me tomo las manos—no quiero que tomes malas juntas—intente no fruncir el ceño, ¿Por qué todo es tan peligroso?—es un instituto privado, por lo que creo que no tendrás problemas, ah, y puedes salir solo hasta las ocho de la noche como mínimo—asentí, después de todo, no me gustaba salir mucho—dejare esto aquí—me dijo mientras dejaba las maletas en el centro de la habitación—decórala a tu gusto—¿A mi gusto…?
Cerró la puerta tras ella, y entonces yo me senté en la cama, la habitación estaba alumbrada por una lámpara con una luz tenue, eso me gustaba. Me pregunte entonces, si las cosas serian tan difíciles, quiero decir, encajar en un nuevo instituto suele ser complicado, pero este era uno privado y además, en Nueva York. Abrí el armario y observe la ropa que estaba guindando, ese era mi nuevo uniforme, suspire ante la idea de usar falda, ya que estaba acostumbrada a jeans y cosas cómodas. El chaleco era negro, tenia corbata negra, camisa blanca manga larga y falda negra, la insignia del instituto solo tenia el escudo, más no su nombre genial pensé, los zapatos del uniforme también estaban allí, acompañados por medias negras. Me distraje como pude del uniforme y comencé a ordenar mi ropa, luego de una hora—ya eran las nueve de la noche—habia terminado de ordenarla, no era que tuviese demasiada tampoco, pero luego de terminar con eso, ya no tenía nada que ver.
Abrí mi segunda maleta, la cual estaba llena de libros y comencé a ordenarlos en mi escritorio, después de mi bolso saque mi laptop, pues sin ella mis tardes serian aburridas, al terminar, me senté en la silla y me desperece, no es triste… pero no es divertido tampoco pensé aburrida. Me di un baño y me coloque la pijama, mis abuelos estaban hablando en la cocina, así que decidí unírmeles, al salir a la sala, mi abuelo estaba viendo las noticias, y la abuela estaba cocinando la cena tal vez deba ayudarle pensé, aunque no sabia absolutamente nada sobre cocinar.
-Lo tengo controlado, cielo—me dijo sonriente—ve a ver las noticias con tu abuelo, ya casi esta la cena—asentí levemente que inútil soy suspire
-Ah, mira nada más, esas noticias extrañas de nuevo—me senté a su lado y abrasé un cojín cercano
-¿Uh, noticias extrañas?—el asintió
-Los jóvenes de hoy en día—murmuro con tristeza


"Upper-West side sigue siendo victima de pandillas y contrabandistas, no solo esta área en general, sino también Central Park o si es posible el centro de la ciudad, las peleas callejeras son cada vez más altas, los habitantes de la zona llaman a la policía con quejas, sobre presuntos pandilleros peleándose entre si, pero cuando las patrullas llegan, no hay pistas de lo ocurrido, ni testigos.
También están en investigación los suicidios y muertes bizarras, como el ultimo caso cercano al edificio Time’s, en donde un hombre se quito la vida lanzándose de la azotea, la policía informa que el hombre tenia veintisiete años de edad, y se llamaba Jhonn Steven’s, al revisar su departamento encontraron negativos de fotos, papeles regados y varios escritos que hablaban del fin del mundo, o de una presunta evolución humana, ¿Desde cuando han comenzado los incidentes? Creemos que hace cuatro años atrás, ¿Qué fue lo que ocurrió? Los científicos están también interesados, pero no parece que quieran revelar nada.
En todo caso, el temor crece en los habitantes de toda Nueva York, el Internet parece formar parte de todo lo que ocurre, o parece tener conexión, las redes sociales y los teléfonos celulares suelen ser la herramienta ideal para los secuestros de hoy en día, y los jóvenes suelen comunicarse a cualquier hora. Pedimos moderación cuando estos usuarios publiquen información personal y conciencia a aquellos que siguen efectuando secuestros. En otras noticias…"


Tragué saliva, fruncí el ceño sorprendida al mismo tiempo que confundida, ¿Tan mal estaba la ciudad?, era un completo nido de delincuentes, o al menos eso dijo mi abuelo después de ver la noticia.
La cena fue en el comedor, pollo y vegetales, comí y respondí las preguntas que me abuela parecia haberse estudiado.
-Y dime, linda, ¿Cómo reaccionaron tus amigos?—le mire de reojo
-Pues, creo que se lo tomaron bien, Catlin mi mejor amiga no lloro, pero si se enojo conmigo un poco y mi amigo Steve, el me trato como si nada—le comente y luego tome un sorbo de jugo—seguiremos en contacto por via e-mail y celular, no creo que sea para tanto—concluí y tome un bocado de brócoli, aun si no me gustaba demasiado, debia comerlo
-Ah, que reacción más madura, los apruebo—dijo el abuelo sonriente—luego de esto deberías llamar a tus padres y a ellos, y contarles que estas bien—asentí, eso era lo más correcto—hay Diablos, mañana debo ir a la tienda de Pesca, ese tonto asistente mio—mascullo mientras se levantaba
El abuelo tenía mucha admiración hacia la pesca y la venta de botes, tenía su propia tienda y vendía bien, mientras que la abuela trabajaba en una galería de arte cerca de los departamentos, ambos trabajaban a un ritmo lento, pero ganaban bien, y podían mantenerse.
La abuela y yo seguimos hablando, después de eso, ayude a lavar los platos, di las buenas noches y me dispuse a ir a mi habitación, cuando la abuela me llamo.
-Si quieres puedes ver TV—me ofreció el control remoto—tu abuelo y yo vamos a dormir ya—yo asentí—a las ocho debes estar lista cielo—me tomo de las mejillas y las pellizco fuertemente—buenas noches
Llame a casa, mamá contesto, la charla fue breve, su voz estaba fría como siempre y luego de unos veinte segundos, cortamos.
Y se fue casi pierdo el rostro pensé mientras masajeaba mis mejillas y caminaba asía el sofá, encendí la TV y mire mi celular, le informe a Catlin que habia llegado y ella de inmediato respondió “¡Vaya, Central Park!, no sabes lo genial que es ese sitio” “¿Ya has estado?” “pues, cuando estaba más pequeña, es bueno dar un paseo por allá, el aire esta limpio, oye, ¿Y que tal los ánimos para el instituto? Más vale que me extrañes mañana, o si no, no te lo perdonare” me imagine su rostro caprichoso y sus mejillas infladas, me reí “lo recordare. Sobre el instituto, tengo cierto miedo, he visto en las noticias que el vandalismo juvenil esta de asco por acá, ya no se que pensar” “Ah vamos tonta, ¡Tu no eres tan cara dura como para ir directito a los delincuentes, quiero decir, eres Cloe!” suspire “Eso creo” “Cambia la cara de payaso triste que tienes” fruncí el ceño sorprendida “¿A que te refieres, que cara?” “esa que pones cuando estas desconfiada, nada causa más lastima que esa cara” “¿Y Por qué un payaso?” pregunte indignada, ni siquiera usaba maquillaje “Porque ¿Qué es más triste que un payaso con mala cara?” suspire y sonreí “Deja de ver tanta TV” “Ya quisieras”.
Luego de un tiempo de charla, y de pasar los canales, ella ya tenía que dormir, yo también comenzaba a cansarme. Apagué las luces y me fui a mi habitación, me senté en la pequeña cómoda de la ventana y mire a través de ella ¿Como algo tan hermoso puede ser tan peligroso?, pensé confundida y mire mi celular, ya era media noche, ante el silencio la vibración de mi móvil hizo que me cayera al suelo ¡¿Quién puede hacer esto?! Pensé enojada y leí el mensaje “Jaja, bienvenida Cloe” me senté en el suelo y fruncí el ceño, pero luego lo relaje vaya hora a la que me la das, pensé en un suspiro.
No le respondí a Arc, ya era muy tarde y debia despertar temprano, además, el no querría que le respondiera tampoco, el de seguro sabia que mañana mismo asistiría a un instituto desconocido. Me acosté y me arrope con la colcha blanca, me coloque boca abajo y cerré los ojos, mientras pensaba en el día de mañana y en que, Nueva York no era el lugar indicado para mi.
Esa noche, tuve el mismo sueño que me recordaba que habia olvidado algo importante. Siempre me causaba una extraña sensación y siempre estaba yo, parada frente una mesa de madera, rodeada de paredes blancas, y sobre la mesa, una especie de contrato.
Y entonces aparece aquella niña vestida de blanco, de pies a cabeza, con el cabello color negro corto, al igual que los ojos, y una mirada de ojos grandes y traviesos.
-Bueno, aquí esta, lo esencial ya sabes…-dijo con una voz distante
No se porque, pero siempre en ese sueño, mi mano derecha se mueve automáticamente, y, con bolígrafo en mano, firmo aquel contrato. Todo lo que recuerdo de mi infancia es eso, pudo haber sido un sueño, o una ilusión, sin embargo sigo considerando que en ese momento, mis recuerdos comenzaron, y estaba en lo correcto, pues no recordaba nada de antes de tener diez años, ni un cumpleaños, ni un amigo de la infancia, mi colegio o mis grados, absolutamente nada.
El sueño me perseguía de vez en cuando, y esa noche—mi primera noche en Nueva York—volví a revivirlo.
Mi alarma me despertó a las siete en punto, la luz del día nublado ya alumbraba mi habitación, la nostalgia por un momento me invadió y no pude evitar pensar en Catlin y Steve, deseaba ir al instituto con ellos o saber lo que estaban haciendo, suspire fuertemente, pues no debia mostrarme desanimada frente a los abuelos. Me desperece y camine hacia la ventana, los autos ya estaban circulando, los restaurantes estaban abriendo y ya habia gente caminando, el cielo estaba encapotado, tal como lo esperaba Al menos el cielo es el mismo pensé al mismo tiempo en que recordaba el cielo de Buffalo de esta época.
Me cepille rápidamente los dientes y alisé mi cabello, me hice una coleta a una altura media con una peineta y me mire al espejo, no podía evitar tener mi ceño fruncido, mis labios entreabiertos y mis ojos café oscuros entrecerrados Odio los Lunes en la mañana, mi cabello negro al menos se veía presentable, me dije a mi misma para intentar animarme Olvídalo, doy este día por perdido y un completo fracaso, pensé mientras mi ceño se fruncía con pesimismo ante mi reflejo, entonces en mi reflejo, mi ceño se relajo y una sonrisa de complicidad en mi rostro apareció, al no poder creer que eso lo hubiese hecho inconcientemente, me coloque las manos en el rostro, y este volvió a fruncir el ceño, al igual que mi reflejo.
Di un paso atrás, con una de mis manos sobre mi cabeza y comencé a suspirar ¿Qué pasa contigo? Me pregunte mentalmente y Salí del baño.
Corrí a mi habitación y me cambie rápidamente Estúpido uniforme, estupida falda… Tres centímetros sobre las rodillas, y ya me sentía una completa regalada Pero que asco suspire y me comencé a colocar las medias y los zapatos, el celular comenzó a vibrar, supuse que seria Catlin, pero no era así, no era nadie que estuviese en mi agenda ¿Número desconocido?, “¿Aun no lo sabes? Ya han pasado seis años” fruncí el ceño y me dedique a alistarme “Seis años desde que el viaje comenzó”

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Author's Crap:

Pues ese es el primer capitulo de una historia que habia guardado mucho tiempo T__T Es de ficcion, algo psicologica, pista de suspenso y alguna que otra parte comica =) asi que espero que la lean mis hermanas =D.

See Ya 8D.